4/27/2017

EXPERIENCIA ENCUENTRO DE JÓVENES.

‘Sal de tu tierra’, con este tema comenzábamos el encuentro en el Escorial el pasado 21 de abril.
Todos los jóvenes que estábamos allí compartíamos algo en común: la ilusión por aportar algo a aquellas personas que, simplemente por nacer en otro lugar, no han tenido nuestras mismas oportunidades. 

A veces para poder ayudar simplemente debemos preguntarnos qué haría Jesús. No es necesario tener nada material, sino simplemente poner nuestro corazón, nuestro tiempo y nuestra voluntad a disposición de otros, porque con muy poco es increíble todo lo que podemos hacer por los demás.
Todos los jóvenes que nos relataron sus experiencias misioneras coincidían en algo: más que haber aportado, sentían que las personas a las que intentaron ayudar les ayudaron a ellos; la experiencia les había enriquecido a nivel personal más que cualquier otra experiencia en sus vidas. 

‘Una cosa te falta’, esta fue nuestra reflexión durante el fin de semana. Es curioso, porque no nos falta absolutamente nada en este primer mundo, nada material al menos. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores. Hemos ido y vuelto de la luna, pero no somos capaces de cruzar la calle y ayudar a nuestro vecino. Buscamos problemas y penas en asuntos irrelevantes. Nos falta perspectiva tal vez, salir de nuestra zona de confort, enfrentarnos a otra realidad y poner nuestra fe y paciencia para lograr un objetivo común.

Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente. (Mateo 10:8)

Escuchar historias de gente como Isabel Solana o Jesús Calero, que dedican su vida plenamente a los demás ha sido inspirador y conmovedor para todos nosotros. Suficiente para hacernos superar nuestros miedos y atrevernos a hacer lo que nos dicta el corazón. 

En unos meses, varios de los que hemos participado en este encuentro iremos a Ecuador a colaborar en la región de Manabí como voluntarios, el hecho de escuchar a otras personas de nuestra edad con los mismos intereses nos ha hecho ver que somos muchos los que queremos y hacemos algo por crear un mundo más justo. Este fin de semana ha reavivado la fe de muchos de nosotros, y nos ha dado energía para ser mejores en nuestro día a día.


Nuria Vázquez, Profesora en el Seminario Menor de Ourense.





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